martes, 15 de marzo de 2011

La destrucción o el amor

Antes de nada, me gustaría hacer un pequeño inciso. Como "deberes" para la semana que viene entre otras muchas cosas tengo que escribir un soneto de amor. Nunca me ha gustado escribir sobre amor, me parece muy complicado, me gusta dejar a los grandes en esos temas... Aun así todos alguna vez hemos escrito sobre amor, de hecho en este mismo blog hay cosas escritas por mi que hablan de amor, o por lo menos lo intentan. 
En definitiva y buscando inspiración, la generación del 27 siempre me ha servido como tal, además de la música, en este casi white lies (a los que mañana veré en directo) me parecen perfectos para este poema en concreto, con esa mezcla de amor, pasión, muerte y juventud. Y por supuesto nunca mejor inspiración que nuestro propio amor.
Se querían
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada, 
entre las duras piedras cerradas de la noche ,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, la playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos 
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche ponientes, madrugadas,espacios, 
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
 mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
 metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

Vicente Aleixandre

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