domingo, 17 de enero de 2010

ars amanti

...Tenia aquella estúpida sensación de estar al borde un abismo, como el agua al borde del vaso que parece que nunca cae, y desde allí podía verlo todo, sabia que se jugaba el tipo, pero, que es eso comparado con aquellas impresionantes vistas. Podía abarcar kilómetros, años...era precioso. Así que por no perder aquello que tenía delante saltó, y según caía pudo ver por fin lo bello que era sus pelo peinado con gracia, la muda belleza de sus ojos oscuros y sus carnosos labios, ojalá jamas termine esa caída libre a ningún lugar...

No hay comentarios: